viernes, 27 de marzo de 2009
Personaje de la Novela
Hija de un padre alcohólico y una madre con poco carácter, prácticamente ausente del mundo; vivió una infancia económicamente apretada y en condiciones precarias, sobreviviendo apenas con lo mínimo siempre buscando la manera de ahorrar los escasos centavos que llegaban a sus manos y viendo siempre por tener aunque fuere un pan que llevarse a la boca para entretener el hambre.
Es así como, nuestra protagonista, cansada de la vida que lleva en casa decide comenzar a vivir por su cuenta, conociendo y viviendo las situaciones en la historia descritas e interactuando con distintos personajes a pesar de su carácter tímido y en muchas ocasiones hostil.
viernes, 20 de marzo de 2009
El Ensayo Literario
El ensayo es un género relativamente moderno; pueden rastrearse sus orígenes desde épocas remotas. Sólo en la edad contemporánea ha llegado a alcanzar una posición central. En la actualidad está definido como género literario, pero en realidad, el ensayo se reduce a una serie de argumentaciones y reflexiones, la mayoría de las veces con unenfoque crítico, en las cuales el autor expresa sus opiniones acerca de un tema determinado, o incluso, sin tema alguno¿en que consiste un ensayo literario? El ensayo literario se puede definir a partir de las ideas en juego que abarcan diversas disciplinas como la moral, la ciencia, la filosofía, la historia y la política, las cuales crean un misceláneo dinámico y libre.
¿Qué características tiene un ensayo literario? En el ensayo, el autor plasma sus impresiones y reflexiones acerca de la vida; es y debe ser personal, subjetivo: una visión particular del escritor. Los filósofos defienden el ensayo como una forma de expresión real de las manifestaciones filosóficas, llámese tratado, discurso o réplica.
La reputación familiar
Por: Benjamín Hernández
“Yo no nací para ser grande Yo no nací para matarle, Pero sé bien que no nací Para que alguien más me doble”
Nan Knighton, “El vuelo de un halcón”
En nuestro país, especialmente en pueblos pequeños donde todo el mundo se conoce, el prestigio de las familias es de gran importancia. A veces, incluso, la reputación familiar llega a ser más importante que cualquiera de sus miembros. Este hecho genera una especie de obsesión por tener una buena imagen, como familia, ante la sociedad y a ser capaz de todo por mantenerla. Esta realidad está muy bien plasmada en la novela “Crónica de una muerte anunciada”, de Gabriel García Márquez debido a que los hermanos Vicario amaban más el prestigio de su familia y su propia imagen ante los demás, que a su propia hermana. Esto lo podemos ver en su gran deseo de limpiar el honor de la familia y en su falta de interés por ayudar a su hermana Ángela, a superar la situación por la que estaba atravesando, demostrando así qué les importaba más a ellos.
Cuando Ángela Vicario fue devuelta por su marido la noche de su boda por no ser virgen, era evidente que la imagen de la familia se vería afectada: “¿Cómo es posible que no haya llegado virgen al matrimonio? Pues claro, con esa familia…” podría pensar la gente; y eso no podrían soportarlo ni Pura Vicario ni los gemelos Pedro y Pablo Vicario. Este fue el motivo real de su violenta venganza; jamás se preocuparon por saber cómo se sentía Ángela, ni por ver si quería hablar de ello. Quizá nunca tuvieron la suficiente confianza fraternal para hablar de sus sentimientos. Y era evidente que su madre los había educado así, simplemente hechos para mantener la honra de la familia en alto. Ella misma los obligó a sacrificar sus sentimientos con el fin de ser bien vistos por la sociedad, esto lo vemos claramente porque a Ángela: “(…) le impusieron la obligación de casarse con un hombre que apenas había visto” (Márquez, 48)
Además, su madre tampoco se preocupó por ayudar emocionalmente a su hija, sólo por hacer que sus hijos vengaran la honra de ella. Con una madre así, es fácil darse cuenta de qué valores tienen los hijos, y de cuál fue su motivo para cometer un crimen atroz: simplemente les importaba más el prestigio de su familia que los sentimientos de su propia hermana, pues la primera reacción de ambos al ver la desgracia de ella fue que querían vengarse del hombre que se había burlado de la familia Vicario. Fue rabia vengativa, no rabia amorosa y preocupada, como lo demostró Pedro Vicario cuando tomó violentamente a Ángela y: “le dijo temblando de rabia– : dinos quién fue.” (Márquez, 65)
Después de haberse decidido a matar a Santiago Nasar, los gemelos, resueltos a hacer notorio que los Vicario no pasan por alto una deshonra así, se encargaron de hacer que todo el mundo se enterara de lo que iban a hacer. A todas las personas que pudieron les presumieron que ese día Santiago Nasar moriría en sus manos. Su deseo de publicarlo era notorio, sobre todo porque fueron a afilar sus cuchillos en plena luz del día, y aún cuando los habían desarmado, regresaron con otros cuchillos a afilarlos y: “(…) volvieron a gritar para que los oyeran que iban a sacarle las tripas a Santiago Nasar(…)” (Márquez, 79)
Esta conducta es muy similar a la del niño que quiere imponer miedo a los otros con amenazas que no piensa realmente cumplir, pero que le crean una imagen ante ellos, quienes difícilmente se meterán con él. Es lo mismo que ocurre con los hermanos Vicario: Querían que todo el mundo supiera que los Vicario no se dejaban de los abusivos, y que si Ángela no había llegado virgen al altar, no había sido culpa de ella, sino de Santiago Nasar, por lo que merecía morir. Sencillo: Un asesinato en “defensa propia” desde el papel de las víctimas los exoneraría y quizá pondría a algunas personas de su parte.
Aún con todas esas amenazas, nadie evitó que el crimen fuera consumado. De todos modos, los hermanos Vicario cumplieron su amenaza, aunque la mayor parte de su misión de limpiar la honra de la familia ya se había llevado a cabo con la publicación del crimen. Así, con una plaza llena curiosos, los gemelos Vicario dejaron bien en claro que Santiago Nasar era el único culpable de la vergüenza que había sufrido la familia Vicario debido a que Ángela había sido rechazada por su esposo en la noche de su boda; y limpiaron la honra tanto de Ángela como de la familia. Y nada más… No hicieron nada más que eso.
Nunca se preocuparon por buscar el bienestar de Ángela, ni hacerla estar tranquila. Estando los gemelos en la cárcel, no se acordaron ni por un instante de su hermana ni del sufrimiento de ella, lo que demuestra que no les interesaba en lo más mínimo. Estaban un tanto satisfechos de lo que habían hecho, tanto así que declararon que volverían a matar a Nasar por los mismos motivos. Pero también tenían algo de culpa, no podían dormir bien, pues: “(…) tan pronto como se dormían volvían a cometer el crimen.” (Márquez, 103)
Los gemelos Vicario realmente amaban más la reputación de la familia que a su propia hermana, incluso sacrificaron su libertad por limpiar la honra de la familia, el prestigio de la familia. Ellos mismos dijeron que el asesinato había sido un asunto de honor, y era cierto. Desde niños aprendieron, de labios de su madre, que eso era lo más importante y que los sentimientos de las personas no eran más valiosos que lo que pensara la gente de ellos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
García Márquez, Gabriel. Crónica de una muerte anunciada. México: La oveja negra 1981.
Lo que leo, Lo que leí y lo que nunca leería
Lo Que Leo:
-120 Días de Sodoma - El Marquéz de Sade
-La Silla del Águila - Carlos Fuentes
-Mujeres de Ojos Grandes - Ángeles Mastretta
y el Manga de xxxHolic de las CLAMP ^^
Lo Que Leí:
-El Ingenioso Hidalgo: Don Quijote de la Mancha - Miguel de Cervantes Saavedra
-Diario de Ana Frank - Ana Frank
-Eva Luna - Isabel Allende
-Cuentos de Eva Luna - Isabel Allende
-Paula - Isabel Allende
-La Casa de los Espíritus - Isabel Allende
-Clemencia - I. M. Altamirano
-Navidad en las Montañas - I. M. Altamirano
-Brida - Paulo Coelho
-El Peregrino -Paulo Coelho
-Manual del Guerrero de la Luz - Paulo Coelho
-A Orillas del Río Piedra Me Senté y Lloré - Paulo Coelho
-Veronika Decide Morir - Paulo Coelho
-La Bruja de Portobello - Paulo Coelho
-El Zahir - Paulo Coelho
-La Quinta Montaña - Paulo Coelho
-El Alquimista - Paulo Coelho
-Harry Potter (saga completa) - J. K. Rowling
-La Metamorfósis - Franz Kafka
-Carta al Padre - Franz Kafka
-Cien Años de Soledad - Gabriel García Márquez
-La Noche de Tlatelolco - Elena Poniatovska
-Narraciones Extraordinarias - Edgar Allan Poe
-Cuentos de Amor, de Locura y Muerte - Horacio Quiroga
-Cuentos de la Selva - Horacio Quiroga
-Pedro Páramo y El Llano en Llamas - Juan Rulfo
-El Apando - José Revueltas
Entre otros XD soy una lectora compusiva...
Lo Que Nunca Leería
-Un libro más de Carlos Cuahutemoc Sánchez
-Los libros de los famosos (antes me vuelvo chango!)
-Los estados de cuenta del banco XD
-El libro de Baldor XD
La metáfora de Borges
¿Qué es una metáfora según Jorge Luis Borges?
Es acerca de la diferencia entre la razon y la memoria... El cuento puede ser entendido como una metáfora acerca de las posibilidades que el hombre tiene de construir o llegar a alcanzar una concepción metafísica, un sistema que de cuenta de todo lo que es, ni más ni menos que del Universo entero.
Investiga quién es Jorge Luis Borges:
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges fue un escritor argentino, uno de los autores más destacados de la literatura en español del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento humano, ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones. Trasciende cualquier clasificación y excluye cualquier tipo de dogmatismo. Pocos escritores han repercutido tanto en la imaginación de los hombres.
Explica cómo utiliza Borges la metáfora en el cuento El Aleph:
Quizás la importancia de "El Aleph" resida en la gran cantidad de temas que abarca y de allí provenga su riqueza. Teniendo en cuenta estos elementos, el Aleph nos da la pauta para comprender que pretender una representación absoluta del Universo es algo imposible para el hombre. El concepto de infinito, nominado con la palabra "aleph", demostró que el todo no es necesariamente mayor que alguna de sus partes: dados dos segmentos, existe el mismo número infinito de puntos de todos ellos. Incluso el segmento mas mínimo tiene tantos puntos como el segmento más amplio del universo. A todas luces, la metáfora del aleph en el cuento de Borges recoge magistralmente el concepto de conjunto infinito.
domingo, 8 de marzo de 2009
La casona de las manzanas

Era una fría mañana del mes de enero, el rocío casi congelado yacía sereno y brillante sobre las plantas del enorme jardín. La casona se erigía imponente entre la densa niebla, la añosa madera de la construcción crujía a causa del escaso viento que soplaba, intermitente, a través de los árboles de aquel enorme y espectacular jardín.
En ese jardín, la negrura era evidente, la oscuridad producida por la espesa vegetación de árboles inmensos, manzanos cuyos frutos aún no asomaban y que lucían tan secos como la fuente a la entrada de la vieja casona; el viento producía lastimeros lamentos al colarse entre las ramas, y el frío calaba los huesos a medida que uno se acercaba a aquella zona, tétrica a los ojos de quien la miraba.
Cuenta la gente, que un par de décadas atrás, esa casa y ese huerto de manzanas eran tan espléndidos y hermosos que todo el pueblo acudía a las comidas de los domingos, únicamente para mirar el panorama; inclusive, el cura del pueblo gustaba de dar las misas al aire libre, frente a esa majestuosa fuente de mármol adornada con una enorme estatua de la Virgen de los Dolores.
Sin embargo, de un tiempo a la fecha, pareciera que la casa hubiere envejecido en poco tiempo, al quedar deshabitada, como si la añosa madera de la enorme casona supiera sobre los trágicos hechos que allí se suscitaron hacía veinte años.
Cuentan de una hermosa mujer que allí habitaba, era tan guapa que no pasaba desapercibida, además, llevaba varios años ya metida en el mundo de los negocios debido a su huerta y eso le había otorgado cierto porte y elegancia dignos de una mujer de alcurnia. No sobrepasaba los treinta y cinco años y a pesar de que no le faltaban pretendientes, la mujer no se había casado y no se le conocían romances; tampoco era muy devota, pero gustaba de hablar con la gente del pueblo, pues a pesar de su posición social y su fortuna bien hecha, era una mujer sencilla, era por ello que permitía que las misas se oficiaran en su jardín, justamente junto a su huerto; y no sólo eso, si no que, también invitaba a la gente del pueblo a la hora de la cosecha para que participasen de ésta y pudieran llevar a sus casas un poco del producto.
En el pueblo era querida por todos y secretamente odiada por muchas, que, por envidias, no se daban la oportunidad de tratarla ni aunque fuese como vecina. Sin embargo, nadie, ni siquiera aquellas mujeres que tanto rencor le guardaban, podía siquiera imaginar tan atroz destino para esa mujer.
Fue una tarde de Abril, el viento soplaba fresco y el sol abrasador comenzaba a ceder ante la diáfana luna, la casona de madera se erigía imponente y fuera, entre los manzanos, el viento hacía sonar las ramitas en una sinfonía adormecedora; dentro, la hermosa mujer tomaba el té, mientras trabajaba en sus cuadernos de contabilidad, enfundada en una hermosa pijama de satín rosado, jugueteaba con la goma del porta minas mientras sacaba las cuentas del mes; el escritorio de hermosa caoba se encontraba justamente al lado de la ventana, donde, por la mañana, el sol entraba calentando el hermoso cuarto, y por las noches, la luna iluminaba a través de las cortinas. De pronto, una ráfaga de viento azotó contra la ventana, abriéndola violentamente, cómo queriendo advertir a la mujer sobre lo que ocurriría más adelante; ella se levantó después del sobresalto y cerró la ventana, no sin antes echar un vistazo a la luna que comenzaba a asomar como una media sonrisa siniestra; suspiró, dio un sorbo a su bebida y volvió a sentarse frente a su escritorio. Se concentraba en su trabajo cuando la ventana volvió a abrirse de golpe y esta vez un gato negro entró a la habitación sobresaltando a la mujer, el gato ronroneó un poco, se estiró perezosamente y fue a echarse en la cama, justo al centro de la habitación.
La mujer volvió a levantarse para cerrar la ventana, pero en el momento en que se asomó, vio una luz brillante entre los manzanos, como si alguien estuviese jugando con espejos y apuntara directamente a aquella ventana; tomó su bata de dormir, se la puso, se calzó sus pantuflas y bajó a toda velocidad, armada únicamente con su teléfono celular y una lámpara; después de todo tal vez solo fuesen chiquillos tratando de hacerse los valientes.
Bajó corriendo las espectaculares escaleras de mármol y atravesó el recibidor con dirección a la cocina, pues era más sencillo salir por aquella puerta (la puerta de servicio). Salió al patio y vio que aquella luz seguía en el mismo punto, avanzó hacia allá sin prender aún la lámpara que llevaba en la mano, sin embargo, el punto luminoso se internó entre el huerto de manzanos, entonces, la mujer prendió la lámpara y siguió al punto luminoso, esperaba ver pisadas o escuchar risas o voces de los muchachos que jugaban a probar su valentía, pero el lugar seguía en silencio únicamente interrumpido por sus pisadas y el jadeo que el cansancio le provocaba.
Intentó correr un poco más rápido, pero a medida que ella avanzaba, la luz se adelantaba dejándola atrás; a la vez, sentía que la temperatura descendía, entonces notó que la luz se había detenido, la vio parpadear un par de veces antes de verla apagarse; dirigió la luz de su lámpara al lugar donde había visto desaparecer el destello y pudo ver una puerta cerrada con varios candados y una enorme cadena; recordaba esa puerta, recordaba los candados y la cadena, ella misma los había puesto hacía algunos años; sin embargo, el candado que sellaba la cadena estaba abierto y no había señales de que hubiese sido forzado; un escalofrío recorrió el cuerpo de la mujer que abrió la puerta sigilosa intentando borrar de su mente los recuerdos que esa puerta despertaba.
Era el viejo bodegón, donde años atrás solía guardarse la cosecha del huerto, allí mismo, el hijo y el marido de aquella mujer habían muerto de una forma trágica y sin que nadie supiera, habían sido brutalmente asesinados al descubrir a un par de ladrones que sacaban la cosecha para venderla después en el mercado negro. Desde entonces, la mujer había llorado en silencio día y noche por varios meses, hasta que decidió que la única manera de recuperarlos sería vivir por ellos y sacar adelante ese huerto.
La mujer miró alrededor alumbrando los lugares que recorría su vista, sintió un desagradable cosquilleo al ver las manchas de sangre seca y recordar aquel infortunado incidente; apartó la vista de aquel lugar y al dar la vuelta y dirigir la luz hacia enfrente le pareció ver a un niño pálido, ojeroso... como muerto. Dio un respingo ahogando un grito y al mover un poco la luz para ver bien ya no había nada.
Buscó la vieja lámpara de gasolina que solía colgar del techo y al alumbrarla vio el rostro demacrado de un hombre muy parecido al niño, dio otro respingo y al momento siguiente ya no había nada; se llevó la mano al pecho, sintió el corazón latiendo con tal fuerza que parecería que se le saldría del pecho, su respiración estaba agitada y temblaba de tal manera que sentía que las piernas no le aguantarían más; buscó en la bolsa de su bata un encendedor, lo encontró y lo tomó entre sus manos, pero éstas le temblaban tanto que el encendedor resbaló y cayó al suelo, no lo levantó, en lugar de eso buscó de nuevo entre sus ropas y pudo encontrar una caja de cerillas, intentó prender una pero no tuvo éxito, intentó con otra y con otra, hasta que finalmente pudo prender una de ellas y acercando sus temblorosas manos a la lámpara de gasolina la prendió torpemente.
El lugar se iluminó con un tenue velo amarillo y la mujer ahogó un grito al ver las paredes del lugar; escrito con sangre leyendas amenazadoras; regadas en el piso notas de los diarios de ese día atroz, con los rostros de su esposo y su hijo; la mujer cayó al suelo, sintió que la respiración le faltaba y corrió hacia la puerta, sin embargo, no pudo abrirla, se había cerrado desde fuera, la mujer volvió a caer, esta vez las lágrimas corrían por su rostro sin que ella pudiese controlarlas, se escuchó de pronto una risa de niño, la mujer volteó a todos lados, le sonaba conocida, intentó recordar, repasó a los niños del pueblo y ninguno era portador de esa risa, recordó entonces que era su propio hijo quien reía así; abrió mucho los ojos intentando ver al autor de esa mala broma pero no pudo ver nada.
El aire estaba frío a pesar de estar en pleno verano, era un frío que calaba los huesos, la mujer trató de levantarse pero las piernas y la voluntad le temblaban, entonces escuchó una voz, una voz que murmuraba su nombre, una voz que ella conocía de sobra pero que creyó no volvería a escuchar jamás, esa voz murmuraba su nombre y una súplica:
"no me dejes" decía la voz y la mujer temblaba de pies a cabeza "ven con nosotros" volvía a decir
"mami" decía una voz infantil, "¿por qué ya no vienes a jugar conmigo? ¿Por qué nos dejaste a papá y a mi aquí abandonados?"...
Los murmullos siguieron y cada vez eran más crueles las cosas que decían, la mujer lloraba desesperada, apuntaba la lámpara en todas direcciones para saber de dónde provenía aquella broma pesada y se preguntaba quién en el pueblo la odiaría tanto para hacer eso.
La desesperación la invadía, los rostros de su hijo y de su esposo se hacían visibles a ratos, pero no eran los rostros alegres que ella recordaba, eran rostros fúnebres, tétricos...
Pasaron dos días y nadie en el pueblo había visto a la mujer, las personas que acostumbraban hacer negocio con ella se acercaban a la casa y llamaban a la puerta sin obtener respuesta; a lo lejos, se escuchaba un teléfono sonar, el sacerdote del pueblo y otras personas siguieron el sonido a través del oscuro huerto de las manzanas, al llegar al lugar y abrir la puerta, pudieron ver a la mujer tendida inerte en el suelo, con la mirada aterrada y la boca desencajada, sus uñas parecían haber estado arañando la enorme y pesada puerta pues había pedazos de ellas enterrados en la madera podrida.
Nadie imaginaba lo que allí había pasado, nadie imaginó nunca el terror que la mujer vivió y tampoco supieron lo que había pasado años atrás, cuando un par de bandidos decidieron darle muerte a un joven padre y a su pequeño de una cruel manera, y ahora, en ese mismo lugar, ambos regresaban para llevarse a la mujer y ser nuevamente una familia feliz. Desde entonces nadie acude ya a esa casa, nadie disfruta los jardines y el huerto se seca de a poco sumido en esa espesa neblina que parece haber llegado para quedarse en la casona de las manzanas...